Los mejores poemas de Horacio


A Delio



Acuérdate de conservar una mente tranquila
en medio de la adversidad,
y en la buena fortuna
y de no mostrar una alegría insolente
en los días prósperos
por que tienes que morir Delio!

Y ello aunque hayas vivido triste en todo momento
o aunque, tumbado en retirada hierba,
los días de fiesta, hayas disfrutado
de las mejores cosechas de Falerno.

¡Date prisa! Porque allí donde aquel soberbio pino
y aquel pálido olmo se placen en unir la sombra
y donde al agua fugitiva lucha con dulce murmurio
contra los obstáculos que detienen su carrera
haz que lleven vino, perfumes y esas rosas que
tienen tan poco tiempo de vivir.

Aprovecha el tiempo que tu fortuna, tu edad
y los negros hilos de las tres parcas
hijas de erebo y de la noche,
diosas infernales
te lo permitan.

Te irás del soto que compraste, y de la casa,
y de la quinta que baña el rojo Tíber;
te irás, y un heredero poseerá
las riquezas que amontonaste.
Que seas rico y descendiente del venerable
Ínaco nada importa, o que vivas
a la intemperie, pobre y de ínfimo linaje:
serás víctima de Orco inmisericorde.

Una ley común nos empuja a todos
hacia el mismo termino
agitado por la mano de la suerte
en la aterradora urna
al nombre de cada una de nosotros
saldrá de ella tarde o temprano
y la barca fatal nos llevara al eterno destierro.

Horacio

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